Gustavo Adolfo Bécquer confesaba al escribir la Introducción de Rimas y leyendas, tan solo dos años antes de morir, que no quería llevarse consigo,
el tesoro de oropeles y guiñapos que ha ido acumulando la fantasía en los desvanes del cerebro.
De modo que Rimas y leyendas reúne poesías y prosas simplemente porque todas ellas son criaturas de la misma imaginación que anhela liberarse para dormir en paz.
La influencia en el imaginario moderno de algunos de los poemas de las Rimas, como:
El monte de las ánimas,
El rayo de luna
o El beso,
ha sido inmensa.
Por su parte, las Leyendas se inscriben en la literatura gótica de autores como Hoffman y Poe, que supuso una ruptura con el racionalismo. Al rescatar las leyendas populares, el romanticismo dio un nuevo sentido a las denostadas supersticiones.
¿Por qué nos infunden terror los acontecimientos misteriosos o fantásticos? Son signos de lo sobrenatural, y como no es posible explicarlos racionalmente representan una sobrecogedora evidencia de nuestra limitada capacidad de comprender el mundo.