La investigación artística desarrollada en las Universidades durante las últimas décadas, propició un abanico de nuevos conocimientos que renovaron los aires de las anacrónicas propuestas pedagógicas, y promovieron la praxis del arte contemporáneo. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos de los docentes y las instituciones por comprender que el campo artístico amerita una indagación profunda de sus saberes, hoy, la investigación artística continúa resultando un desafío en el seno de la comunidad científica, pues no ha podido cristalizar su validez en relación a las áreas tradicionales. Los procesos de construcción de nuevos conocimientos se dan de manera tal que en muchas ocasiones no es indispensable exponer aspectos denominados problemas, hipótesis y matrices de datos. Desde estas áreas de estudio, el abordaje del arte debería hacerse desde su corpus específico que está en relación directa con la producción y los lenguajes artísticos. Este libro, entonces, advierte respecto del peligro que corre el arte cuando se lo priva de reflexiones filosóficas y de saberes intuitivos que le confieren a la obra su verdadero sentido.