El hecho de adoptar hábitos y estilos de vida modernos no siempre significa beneficios reales para nuestra salud. La aplicación y transferencia de las nuevas tecnologías para producir, preservar y procesar los alimentos han hecho que se consiga un mayor calidad, variedad e inocuidad en lo alimentos de consumo humano. Pero la adopción de algunos hábitos y conductas alimentarias como la disminución de la lactancia natural, el exceso de grasas saturadas, el tabaquismo, la comida rápida... pueden generar problemas de salud y nutricionales. Es necesario conocer los posibles efectos negativos para evitarlos y tomar las medidas preventivas adecuadas desde un conocimiento real de lo que contiene aquello con lo que nos alimentamos.