Como la mayoría de los estados y pueblos de Eurasia en el siglo XIII, Japón no escapó a la invasión mongola. La posición insular del país, separado del continente euroasiático por mar, no impidió a los mongoles lanzar dos invasiones a gran escala de las islas japonesas en 1274 y 1281, en las que por primera vez llevaron a cabo una operación naval, en lugar de la habitual operación terrestre con formaciones de caballería muy maniobrables, que habría sido imposible sin contar con el potencial de los países conquistados con tradición marítima, entre ellos China y Corea.El ataque del ejército yuan no fue una sorpresa para Japón. La valiosa fuente "Instrucción a los niños tontos sobre Hatiman" ("Hatiman gudo:kin") y otras fuentes atestiguan que los japoneses no sólo eran conscientes de un posible ataque, sino que también estaban preparados para él. Para reconstruir el ataque mongol a Japón, la "Instrucción", creada una década después de la invasión mongola, a pesar de su circunscripción ideológica y religioso-mitológica, contiene valiosa información sobre las invasiones mongolas de las islas japonesas en 1274 y 1281.